Ayer me crucé con un buen amigo, casi un hermano. De esos amigos con los que creces y ya a estas alturas, también te haces viejo. Los dos venimos del campo, lo amamos, forma parte de nuestro ADN porque lo hemos mamado. El campo ha sido la profesión de mis padres, la mía propia como payés, e incluso gran parte de mi vida profesional se ha desarrollado en Sa Cooperativa del Camp. Hoy en día es mi hobby, mi pasión y mi gimnasio porque gracias al huerto me mantengo un poco ágil y le doy qué hacer a estas inmensas manos, hechas para labrar. Por mi pasado y mi presente sigo ligado al campo y por eso comentaba con mi amigo Xec, con Nina que vende sus productos en la plaza des Peix o Felitus de la cofradía de Ciutadella, sobre los grandes retos a los que se enfrentan a causa de las normativas europeas relacionadas con el campo y la pesca.
Las decisiones que se toman en Europa son cruciales para muchas de las tradiciones que vivimos en Menorca, pero también en el resto de las islas. Tenemos una forma de hacer y de vivir ligada al mar y a la tierra. ¿Qué pasará si no nos defienden?
Por el momento, y más allá de las decisiones tomadas por el Consell Insular, si son efectivas o no para el desarrollo de los oficios tradicionales de Menorca y del resto de las islas, lo cierto es que Europa marca la pauta y no siempre son tomadas con cautela la aplicación de las mismas. Cuando hablo de cautela quiero decir estudio por parte del gobierno central sobre cómo deben aplicarse estas normativas y directivas a los diferentes territorios, porque no es lo mismo hablar de Galicia en materia de pesca que de Baleares, del mismo modo que no es lo mismo hablar de Mallorca que de Menorca.
Oficios de toda la vida, como son la pesca de arrastre o el pequeño agricultor que nos ofrece sus productos frescos en la plaza del Mercado y al que le está permitido comercializar sus huevos, para menos de 50 gallinas, ven peligrar su forma de vida. Los cupos indiscriminados a la pesca de arrastre o la posibilidad de que estos pequeños agricultores, los que llenan de vida y color las plazas de los mercados, pierden poco a poco poder adquisitivo que es el motivo de la falta de relevo generacional; y también de la pérdida del producto local y de KM0 para los consumidores, quienes acabarán comprando en las grandes superficies. La UE tiene motivos para regular en estas materias y son válidos, pero ….¿Quién vela para que se apliquen de forma justa los cupos en la pesca? ¿Por qué sería necesario en un territorio como Baleares limitar la comercialización de huevos camperos para llocs con menos de 50 gallinas?. Lo cierto es que es necesario defender nuestros intereses en un mundo globalizado y europeizado, es necesario defender los intereses de la región, llegar a Madrid y a Europa. Por el momento El Pi colabora con Coalición Canaria en Madrid y en Europa, el objetivo es claro: mientras más regionalistas seamos en Madrid y en Europa, mejor conservaremos las tradiciones de nuestros territorios y eso comienza por cada una de nuestras amadas islas. Comienza por nuestra Menorca.
Toni Bosch Benejam, Presidente de El Pi de Menorca.